Desde lo bueno hasta lo malo, de cada una de las cosas que me han pasado durante estos 365 días he aprendido algo, siempre algo bueno, positivo. Como por ejemplo a conocerme un poco más, a saber que es lo que necesito en cada momento, conocer mi cuerpo, buscar el límite, el saber cuando parar, cuando levantar el pie...
Muchas cosas me llevo de este 2015, el saber que puedo acumular muchos kilómetros, que el trabajo de core es tan importante como el de técnica o el de sumar kilómetros... Todas y cada una de estas cosas que poco a poco incorporas a la rutina del día a día, que no solo te ayuda en la faceta deportiva, también lo hace a la hora de emprender algún proyecto, incluso en el día a día. Donde la mente tiene un peso muy importante, donde reside la ambición, las ganas, el poder o abandonar...
Empieza 2016, a resetear todo, volver a poner los contadores a 0, a empezar otra hoja de Excel que cada día se irá llenando de datos, así día tras día, el salir a rodar, a disfrutar de la vida misma, de las personas, de los momentos. De esos momentos que nos hacen únicos, que merecen la pena duren lo que duren, porque durante ese tiempo es lo que te apetecía hacer.
Esto vuelve a empezar de nuevo
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