31 de enero de 2016

Bienvenido 2016 a ritmo de Media Maratón

Ya han pasado semanas desde que arrancó 2016, en la cabeza muchas ideas y planes para este nuevo año. Con paciencia, constancia y el trabajo de cada día se podrán hacer realidad.

Enero arrancaba con la Media Maratón de Santa Pola, una media atractiva y según me habían comentado espectacular, y como es mejor vivirlo que contarlo para Alicante que nos fuimos. En mente tenía disfrutar de la carrera y del ambiente, todo ello sin buscar ni marca personal ni nada. Tan solo me había propuesto estar en 1:22, por ello hice unas tres - cuatro semanas de preparación, ya que sabía que tenía un buen punto de forma y podría hacerlo sin muchos problemas.

Los entrenamientos se hicieron duros, justo coincidiendo con semanas donde el viento le dio por aparecer, las series sufría muchísimo, pero las conseguía sacar, no tal vez al ritmo que me proponía pero si en el numero que tocaban. Tal vez por esto no haya disfrutado tanto como los meses anteriores. Muchos días de hacer series solo, rodajes del mismo modo... Reconozco que me gusta ir a mi aire, poner mi ritmo en los rodajes, mi música e ir concentrado, pero desde luego nunca viene mal una ayudita....

Las dos ultimas semanas se atragantaron apareció una molestia en la del peroneo, donde a veces el dolor iba y venia conforme quería, días donde salía a rodar 90' y 90' de dolor, esto me llevó a tomar la decisión de parar unos días para ver si las molestias disminuían. Pero parece que fue al revés al estar parado más dolor tenía, por lo tanto tomé la decisión de seguir entrenando sin hacer tantos kilómetros y variando el terreno con el fin de llegar lo mejor posible a Santa Pola.

El día de antes de la carrera salí a calentar y mover las piernas, el dolor era inmenso, estaba preocupado, dudaba si realmente podría correr así los 21km, por suerte el dolor solo se acrecentaba cuando iba a un ritmo lento, algo que me tranquilizaba minimante.



Nada mas salir para Santa Pola ya no había vuelta atrás, iba a correr si o si, no existían ni molestias ni excusas. Era día de disfrutar de la ciudad, del ambiente y de la carrera. Tras un calentamiento previo, escaso para mi gusto, en nada a los cajones de salida, donde la espera se hizo larga, casi 15' sin poder hacer nada.

Al darse el pistoletazo de salida, intenté hacerme a un lado, había tal cantidad de gente que se hacía difícil correr, hasta el km2 la cosa no se normalizó. Salí tranquilo, sabía que todo lo que guardara al principio lo podría aprovechar al final, las sensaciones eran buenas, hasta yo mismo me sorprendía. Iba cómodo por debajo de 4' sin forzar y lo mejor de todo sin ninguna molestia!



Tras el paso por contrameta comencé a centrarme mas y aumentar un poco el ritmo, ya que había venido a disfrutar, pero no a pasearme, al paso del 10000, había un control con el tiempo oficial de carrera, que hasta pasado unos segundos no me di cuenta, llegué a pensar que iba hasta demasiado lento.

Al paso por el 12 me acordé que llevaba un gel, maldita la hora en que me acordé de tomármelo, fui poco a poco dándole pequeños sorbos mientras me chorreaba por toda la mano. No hay sensación mas asquerosa que tener la mano pegajosa, asqueroso.... Llegaba el tramo favorable donde había que ir aumentando el ritmo hasta meta, la carrera picaba ligeramente para abajo, y de agradecer después de unos pocos kilómetros....

Al llegar al 15 ya empezaba a descontar kilómetros, me sentía fuerte, con ganas de dar un punto más, pero en el 16 apareció el dichoso flato. Que agonía, un dolor fuerte, intentando apretarme en la zona pero no disminuía, esto hacia que tuviera que aflojar el ritmo, al mismo tiempo que intentaba respirar de manera profunda para intentar aliviar el dolor. Algo inútil porque no disminuía, pensé en pararme, pero dos segundo mas tarde, esa idea desapareció, a meta corriendo! Después viendo el Polar, disminuí el ritmo, pero aun así pasé algún kilómetro por debajo de 4', algo que me sorprendió la verdad.

El ultimo kilómetro se apareció en mi mente mi entrenador, ese mismo que siempre nos recuerda tirar de brazos, elevar la cadera y llevar una buena zancada. Así intenté hacer, al menos para entrar en meta lo más dignamente posible. Gracias a estos consejos aún pude apretar otro puntito más, aunque el flato me invitaba a hacer justamente lo contrario.



Crucé la meta con 1:23:18, sensación de tener en la misma mano el 1:22 y de haberlo conseguido, pero no todo sale perfecto, pero aun así me doy con un canto en los dientes, después de las molestias y dolores, me voy satisfecho, he disfrutado que era lo importante.  El próximo año más y mejor, seguro, pero de aquí en adelante sin geles! Se acabaron!!


Nos vemos en la próxima ;)